En una pieza muy interesante en The Atlantic, la historiadora estadounidense Drew Gilpin Faust analiza una tendencia extraordinariamente preocupante: las nuevas generaciones están perdiendo sus habilidades lectoescritoras. Si es un asunto preocupante en general, para los historiadores resulta desolador: de confirmarse esa tendencia, en unas décadas no quedará nadie capaz de interpretar un manuscrito. Esto se pone de manifiesto ya en la elección de tópicos de investigación y el panorama pinta sombrío. Lectura, como todas las que propone la revista americana, imprescindible e interesante a la vez…
